Actitud mental positiva

Sólo quien programa su vida con optimismo, logrará alcanzar sus metas. El desarrollo de una actitud mental positiva es fundamental para alcanzar el éxito.
La diferencia entre el éxito y el fracaso no es más que la postura que asumimos frente a las situaciones que la vida nos presenta, a la capacidad de autoestima que tengamos y a la forma como nos relacionemos positivamente con los demás. Descubre los diez mandamientos de la actitud mental positiva y aprende a reprogramar tu mente subconsciente, con principios y actitudes que harán de ti una persona de éxito. Éste no depende de la suerte; depende de nuestra actitud ante la vida y es en nuestras manos donde podemos encontrar la solución.
Actitud Mental Positiva es lo que define al ser humano avanzado, ya que la mente es tan poderosa que puede lograr todo lo que uno se propone; el optimismo es excelente y de gran ayuda para las personas que son altamente negativas.


Los Diez Mandamientos de la Actitud Mental Positiva.

1. No juzgar nunca el día por el clima.
2. Cambiar la manera como empezamos el día.
3. No permitir que lo que está fuera de nuestro alcance, influya en nuestras decisiones.
4. Protegernos de los mensajes negativos.
5. Cuidar la manera como nos expresamos de los demás y de nosotros mismos.
6. Cambiar la manera de saludar a los demás.
7. Desarrollar una visión clara de nuestras metas.
8. No perder nunca nuestra admiración por la belleza del universo.
9. Apreciar y dar gracias por aquello que poseemos, por nuestras experiencias y habilidades.
10. Tener grandes expectativas de nuestro día, nuestras actividades y de las demás personas.

Una actitud mental positiva no te convertirá en el más rápido, el más inteligente, o el más fuerte. Tampoco eliminará todos los problemas, pero sí te permitirá aprovechar al máximo tu potencial y obtener los mejores resultados. Ella no sólo te permitirá utilizar más eficazmente tus habilidades sino que también te ayudará a evitar aquellas cosas sobre las que no tienes ningún control y que te afectan negativamente.

Los limites son buenos?

Esta investigación data de 1.900 y se encuentra bien documentada. Por esas fechas, se instalaron unas máquinas tabuladoras nuevas en el Departamento de Censos de los Estados Unidos. Su funcionamiento era parecido al de una máquina de escribir.

El inventor de la máquina estimó que un trabajador capacitado podría procesar alrededor de 550 tarjetas por día. Después del entrenamiento inicial y un periodo de dos semanas de experiencia, los trabajadores llegaron a la meta de 550 tarjetas por día. Algún tiempo después podían producir algunas más, pero con un gran costo físico/emocional. Poco después doscientos nuevos trabajadores se agregaron a los existentes. A ellos no les dijeron nada acerca del estrés ni sobre las limitaciones de la máquina. Mientras que el grupo original sufría por producir 700 tarjetas al día, el grupo nuevo pronto llegó a tabular 2.100 diarias sin padecer efectos negativos.

Lo anterior ilustra cómo, una vez que se nos marcan límites, tendemos a aceptarlos y actuar en consecuencia. Es por lo anterior que es importante buscar la compañía de personas que nos motiven a dar nuestro máximo esfuerzo.

Henry Ford decía “La creencia hace la diferencia”. Si bien es cierto que tenemos muchas áreas de oportunidad, el estar enfocados en lo negativo NO nos va hacernos mejorar, sino todo lo contrario.

No dejes que tu mente negativa domine tu vida, se tú, quien combata esos límites por medio de los buenos amigos, lectura, cursos, conferencias, oración, etc.

Si quieres resultados positivos, carga a tu mente cosas positivas.

El elefante encadenado




Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. Pero sobre todos, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.



Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal era capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio era evidente: ¿Que lo mantiene entonces? ¿Por que no huye?



Cuando tenia cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explico que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.



Hice entonces la pregunta obvia: - Si esta amaestrado ¿por que lo encadenan?. No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.



Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño".



Cerré los ojos y me imagine al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resigno a su destino.



Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que NO PUEDE. El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.



Jamás... jamás ... intentó poner a prueba su fuerza otra vez ...



Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de limitaciones mentales que nos restan libertad. Vivimos creyendo que “no podemos” realizar un montón de cosas, simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Crecimos portando ese mensaje (no puedo) que nos impusimos a nosotros mismos y nunca mas lo volvimos a intentar.



La única manera de cambiar ese pensamiento, es haciendo conciencia del hecho de que los errores del pasado no significan necesariamente, el que hoy no pueda realizar cierta actividad.



No importa cuantas veces hayamos fracasado en nuestra vida, dense cuenta de que han existido personas que nunca se dieron por vencidas ante sus derrotas. Un ejemplo es el inventor del foco, Tomas Alba Edison. Él un día fue entrevistado mientras estaba tratando de hacer funcionar al foco sin ningún éxito. Le preguntaron: ¿No se ha cansado después de haber hecho más de 1.000 focos inservibles? A lo que respondió de inmediato: ¡No son 1.000 focos inservibles, he descubierto 1.000 formas de cómo NO se hace un foco!.



Todos nosotros deberíamos de tener esa actitud ante la adversidad. Una actitud de aprendizaje y perseverancia ante los retos que se nos presentan todos los días.



Ocuparse vs. Preocuparse

¿Cuál es la diferencia entre ocuparse y preocuparse? ¿Cómo repercuten ambas acciones en nuestra vida?

Ocupación:

La ocupación deriva del positivo, es abordar la resolución de algún problema o la materialización de algún proyecto. Dentro de la ocupación se mezclan los sueños, deseos, e intenciones que se convierten en el motor impulsor que dirige al éxito.

Quien se ocupa, fluye, porque la mente esta puesta en la meta, en el éxito, en solucionar, no hay bloqueos porque no hay miedos, estrés, ansiedad o depresiones que detengan el proyecto porque la ocupación es también la certeza de que se está procediendo de manera correcta. Al ocuparnos construimos, ya sea una solución o un proyecto, pero construimos.

Preocupación:

La preocupación deriva del negativo, no aborda la solución del problema sino el miedo al fracaso, el miedo a que las cosas no salgan bien. Cuando nos preocupamos bloqueamos, estancamos y no permitimos que las cosas fluyan correctamente porque estamos trabajando en base al miedo, al estrés, a la inseguridad y nuestra mente esta fija en todas las imágenes que implican atrasos, complicaciones, fracaso, etc. La preocupación no sabe de solucionar un problema, más bien crea el problema, porque la mayoría de las preocupaciones no se basan en la realidad, se basan en suposiciones que no sabemos si ocurrirán.

La preocupación nos absorbe tiempo y energía que le restamos a la construcción real de proyectos o soluciones. Al preocuparnos destruimos, porque si sus bases parten del negativo, tendrá un final negativo. ¿Qué te preocupa? Acorde a este tema, vale la pena reflexionar lo siguiente: Expertos en desarrollo humano hicieron una encuesta respecto a los problemas que aquejan a la mayoría de la gente, obteniendo los siguientes resultados:

§ El 40% de mis preocupaciones nunca ocurrirán, ya que la ansiedad es un producto de una mente cansada

§ El 30% conciernen a decisiones pasadas que ya no pueden ser alteradas

§ Un 12% se centra en críticas, principalmente falsas, hechas por personas que se sienten inferiores

§ 10% conciernen a mi salud, que empeora mientras me preocupo

§ Y tan solo un 8% son "legítimas". Porque la vida tiene problemas reales, que pueden ser afrontados una vez que he eliminado las preocupaciones superfluas.

La energía es como el dinero, hay que saberla invertir para crecer... ¿En que inviertes tu, tu energía? si analizas esta pregunta entonces podrás responder porque muchos de tus proyectos se bloquean y no se logran concretar y entonces podrás hacer una sabia elección: "ocuparte" o "preocuparte".

Optimistas vs. Pesimistas

Los pesimistas son realistas; los optimistas, soñadores. Existen más de mil razones para sufrir y muy pocas para ser felices; por eso, los optimistas son la gran minoría que hace avanzar al mundo; son la resistencia de las naciones, los labradores de las independencias, los defensores de la libertad, los creativos que hacen avanzar a la humanidad, los vencedores de la enfermedad y los que se han ocupado de legarnos día a día un presente mejor. Los pesimistas intentan solamente lo posible, en cambio, los optimistas son especialistas de hacer posible lo imposible. Son soñadores irreductibles; si la realidad es diferente a su fantasía, pobre realidad; viven de acuerdo con la convicción de que el ser humano es creador con Dios y han hecho al mundo a su imagen y semejanza, llevados por un espíritu infatigable. Insisten hasta que logran convertir su anhelo en realidad. La fe es su mayor fortaleza y es lo que los distinguen del reto de la humanidad.

Los pesimistas son víctimas del destino, los optimistas construyen día a día su porvenir. A los primeros la adversidad los vence, en cambio a los segundos los agiganta, no viven de acuerdo con su pasado sino a los retos del presente; para ellos es una aventura el vivir y viven la vida con la misma seriedad con la que juega un niño. Los pesimistas han convertido cada bendición en maldición, los optimistas aman lo que poseen y dan gracias a Dios cada día porque pueden disfrutar su creación y su capacidad de asombro. No cesan de admirar el vuelo de una mariposa o el más complicado avance tecnológico. Los pesimistas están ciertos de que la solución a todos los problemas es suicidarse; los optimistas saben que el mundo de hoy es mejor que el de ayer porque ellos están vivos y los mueve la convicción que cada día tiene su desafío y su victoria. Tienen una noticia para todo el mundo ¡existimos aquí y ahora! Se han convertido en guerrilleros urbanos ofreciendo una sonrisa que para algunos significa salvarles en alguna forma la vida; son protagonistas, no espectadores.

Los pesimistas dicen, ¡al final!, como siempre, perderemos! Los optimistas tienen una fe inconmovible de vencer, son tan poco realistas que han conquistado la luna, han logrado llevar la esperanza a los olvidados, han consolado y ayudado a los más pobres de los pobres, siempre tienen una palabra de aliento, una caricia para el abandonado, una plegaria para el desahuciado, una bendición de aliento para el amargado, una estrella de paz para el violento y sobre todo sonríen, como si fuera una contraseña que los identificara.

Únase a la gran minoría que están cambiando al mundo con amor y alegría; conviértase en un conspirador de la excelencia.

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