Águila o Gallina?

Un antiguo cuento indio nos enseña la indiscutible verdad de nuestras creencias interiores y su poder en el desarrollo pleno del ser:


Un guerrero indio se encontró un huevo de águila, el cual recogió del suelo y colocó más tarde en el nido de una gallina. El resultado fue que el aguilucho se crió junto a los polluelos.Así, creyéndose ella misma gallina, el águila se pasó la vida actuando como éstas.
Rascaba la tierra en busca de semillas e insectos con los cuales alimentarse. Cacareaba y cloqueaba. Al volar, batía levemente las alas y agitaba escasamente su plumaje, de modo que apenas se elevaba un metro sobre el suelo. No le parecía anormal; así era como volaban las demás gallinas.Un día vio que un ave majestuosa planeaba por el cielo despejado.Volaba sin casi batir sus resplandecientes alas dejándose llevar gallardamente por las corrientes de aire, la luz del sol acariciaba su plumaje mostrándola como un ser casi divino.-¡Qué hermosa ave! -le dijo a la gallina que se hallaba a su lado.
¿Cuál es su nombre?-Águila, la reina de las aves - le contesto ésta. Pero no te hagas ilusiones: nunca serás como ella.
El águila dejó, en efecto, de prestarle atención.Y con el tiempo murió creyendo que era gallina…
Este cuento nos enseña la fuerza que tienen los pensamientos.
Tu cerebro, tu mente es la maquinaria del potencial ilimitado de tu ser, ahí es donde puedes programar tu misión en la vida, tus sueños, tus valores y principios, pero también, es donde puedes programar tu incapacidad, tus limitaciones, tus frustraciones, tus miedos, y falsas expectativas acerca de ti mismo. Así como puedes ver, el resultado positivo o negativo que obtengas en la vida, depende básicamente de lo que depositaste en tu mente.

Éxito

Reír mucho y querer mucho,
ganarse el respeto de las personas inteligentes y el afecto de los niños;
merecer la aprobación de críticos honestos y soportar la traición de los falsos amigos;
apreciar la belleza;
encontrar lo mejor en los demás;
dar lo mejor de uno mismo;
dejar un mundo algo mejor, sea por medio de un niño sano, una parcela ajardinada o una condición social redimida;
haber jugado y reído con entusiasmo y cantado de forma exultante;
saber que al menos una vida ha respirado mejor, gracias a que usted ha vivido...
...Esto es haber tenido ÉXITO!

Ralph Waldo Emerson

Semillas...

Un hombre trabajaba en una fábrica distante cincuenta minutos del ómnibus de su casa. En la siguiente parada entraba una señora anciana que siempre se sentaba junto a la ventana.
Ella abría la bolsa, sacaba un paquetito y se pasaba todo el viaje arrojando alguna cosa para afuera.
La escena siempre se repetía y un día, curioso, le preguntó que arrojaba por la ventana. - Tiro semillas, respondió ella - ¿Semillas? Semillas de qué? - De flores. Es que veo para afuera y la calle está tan vacía...me gustaría poder viajar viendo flores coloridas por todo el camino. Imagine cuán bello sería! - Pero las semillas caen sobre el asfalto son aplastadas por las ruedas de los autos, devoradas por los pájaros...cree Ud. Señora que las semillas germinarán a la orilla de la calle? - Así es hijo mío. Aunque muchas se pierdan, algunas acaban cayendo en la tierra y con el tiempo van a brotar. - Aún así...demorarán en crecer...necesitan agua... - Ah! yo hago mi parte. Siempre hay días de lluvia. Y si alguien arroja las semillas, las flores nacerán. Diciendo esto, se dio vuelta hacia la ventana y recomenzó su trabajo. El hombre descendió luego más adelante, pensando que la señora ya estaba senil. Un tiempo después...Un día en el mismo ómnibus, el hombre al mirar para afuera percibió flores en la vera del camino...muchas flores. El paisaje, colorido, perfumado y lindo. Se acordó entonces de aquella señora. La buscó en vano. Le preguntó al chofer que conocía todos los pasajeros del viaje. - ¿La viejecita de las semillas?...pues murió hace cerca de un mes. El hombre se volvió a su lugar y continuó mirando el paisaje florido por la ventana. - "Quién diría...las flores han brotado... ¿pero de que le valió su trabajo? Murió y no pudo ver toda esta belleza". En ese instante oyó risas de criatura. En el asiento de enfrente, una niña señalaba por la ventana entusiasmada.
- ¡Mira que lindo, cuántas flores por la calle! ¿Cómo se llaman aquellas? Entonces entendió lo que aquella señora había hecho. Aunque no estaba ahí para ver, hizo su parte...dejó su marca, la belleza para la contemplación y felicidad de las personas, ella trascendió dejándonos un mundo más bello. Al día siguiente, el hombre subió al ómnibus, se sentó junto a la ventana. Sacó un paquetito de semillas del bolso...y así dio continuidad a la Vida , sembrando con entusiasmo y alegría sus semillas. El futuro depende de nuestras acciones presentes. Si sembramos buenas semillas, los frutos serán igualmente buenos. ¡Vayamos a sembrar nuestras semillas ahora y trascendamos dejando un mundo mejor a las futuras generaciones!
Y tu...¿ Ya tienes listas las semillas?
"Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos". Paulo Coelho .

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